El ser humano debe consumirla adecuadamente, no solo como parte de su alimentación (aunque casi nunca se toma en cuenta como tal) sino para equilibrar debidamente muchos procesos vitales de su organismo.
Diariamente perdemos agua en procesos como respirar, hablar, sudar, orinar y defecar, y la recuperación de líquidos debe tener una importancia fundamental en nuestra vida diaria.
Se puede saber si tomamos suficiente agua observando nuestra orina:
Si es abundante y de color claro nos muestra que tenemos una ingesta adecuada.
Si es relativamente poca y de color intenso significa que estamos consumiendo muy poca agua en nuestra rutina diaria y esto puede producir desequilibrio renal o hepático entre otras cosas.
Recordemos que el agua ayuda a los procesos digestivos y a la eliminación de sustancias tóxicas en nuestro organismo, y esto mismo facilita mantener un control adecuado de peso corporal y fomenta la salud en general en nuestro organismo.
Debemos adquirir el hábito de consumir un aproximado de 2 litros de agua distribuidos durante el día, tratar de que siempre sea agua purificada y que tenga una temperatura cercana a nuestra temperatura corporal.
No acostumbremos consumir bebidas frías con los alimentos, ya que esto disminuye la cantidad de sangre que fluye en la superficie estomacal, fuerza el proceso de asimilación de nutrientes y ocasiona indigestión por el gasto extra de energía.
El consumo adecuado de líquidos fomenta la buena salud y la limpieza en la sangre, además de metabolizar correctamente las grasas de los alimentos.
Tomemos agua regularmente y mantengamos una buena salud en nuestra vida diaria.
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