La rutina diaria puede ser agobiante, pero depende de nosotros mejorar o empeorar nuestro nivel de vida.
Una actitud positiva y la adquisición de buenos hábitos pueden cambiar la manera en la que nos sentimos.
Preocuparnos por nuestra apariencia física funciona mejor que preocuparnos solo por los problemas que tenemos.
Dormir bien, comer cosas sanas y nutritivas, hacer algo de ejercicio, aprender a respirar correctamente y dar tiempo para relajarnos son aspectos que dependen de nosotros y que no son inalcanzables.
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Cuando llegues a tu casa, respira lento y profundo, olvida las presiones de tu lugar de trabajo, come sin prisa y si puedes, escucha música a un volumen bajo, que permita descansar la mente.
La música tiene la característica de calmar o alterar el sistema nervioso sin darnos cuenta.
Todo depende del nivel auditivo y el ritmo de la misma.
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Disminuye el exceso de grasa y alimentos irritantes, ya que estos propician problemas intestinales que se traducen en malestar constante y causa de algunos padecimientos como la gastritis, colitis nerviosa, trastornos hepáticos y renales e incluso complicaciones gastrointestinales graves.
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Abandona poco a poco el hábito de fumar, ya que esto contribuye a evitar daños considerables en los pulmones y complicaciones arteriales o cardíacas.
Duerme en calma y el tiempo suficiente. Después de todo, los problemas pueden solucionarse mejor con la mente descansada, además de evitar malestares como la migraña o el estrés crónico.
Controla tu peso, acude al médico periódicamente para estar seguro de tu estado de salud y procura con gusto el aseo personal y la actitud positiva. Recuerda que tu imágen en el espejo es el reflejo de lo que eres y de cómo te sientes.
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Ánimo, nunca es tarde para cambiar tu estilo de vida.
Saludos !
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