- Aprender a respirar adecuadamente y a oxigenar con esto la sangre que llega al cerebro para evitar la molesta migraña.
- Tomar 1 y ½ litros de agua simple durante el día, paladeando cada sorbo.
- Cerrar un momento los ojos cuando tenga uno mucha presión, recordando que nada es urgente y que todo problema tiene una solución.
- Ver imágenes agradables y relajantes periódicamente y si se puede, escuchar música suave y en volumen moderado.
- Comer a sus horas y evitar hacerlo de prisa, recordando que la forma en la que ingerimos los alimentos predispone cómo será nuestro proceso digestivo.
- Pensar en forma positiva, ya que la tensión, el nerviosismo, el coraje o el resentimiento fomentan un PH ácido en nuestro cuerpo, y ese es un medio de cultivo ideal para las bacterias, virus e incluso el desarrollo de células cancerígenas o problemas crónicos como la gastritis o la colítis nerviosa.
Además, es conveniente relajarse en casa al terminar la jornada de trabajo utilizando técnicas alternativas como la aromaterapia, audio terapia, yoga, un baño relajante, estiramiento, disfrutar bebidas de frutas o cualquier cosa que tengamos al alcance de nuestras posibilidades.
Disminuir el estrés es algo que depende en gran medida de nuestro esfuerzo y que nos puede evitar un problema mayor como el caso de los infartos o los ataques depresivos.
Siempre hay que darse un tiempo para meditar sobre nuestra rutina y corregir en la medida de lo posible nuestros malos hábitos.
Saludos y mucha suerte.
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